El amarre o hechizo de amor

brujo de las huaringas

La existencia de la magia negra en asuntos amorosos es una realidad incuestionable. No se debe subestimar su peligrosidad, ya que las artimañas oscuras de brujos sin escrúpulos pueden fragmentar relaciones y disolver lazos entre seres que se estiman profundamente. Es frecuente escuchar sobre matrimonios y amistades que, sin motivo aparente, caen en conflictos severos y terminan distanciándose o enfrentándose. En mi larga experiencia enfrentando y superando con éxito incontables enfermedades esotéricas, he encontrado que los casos de disolución de uniones matrimoniales o amorosas, impulsadas tanto por hombres como por mujeres, son especialmente desafiantes.

Estos escenarios a menudo están repletos de intrincadas dificultades, pues implican la complejidad emocional y espiritual del individuo. No basta con sanar su destino, sino que es crucial entablar un diálogo, a veces en forma de terapia psicológica, con uno o ambos miembros de la pareja, proceso que puede extenderse hasta dos años. Los quiebres o alejamientos inducidos por la magia negra requieren de curaciones reiteradas. Los episodios de deslealtad son particularmente arduos de revertir o resolver rápidamente. Demando emplear toda mi energía física y psíquica en rituales continuados para transformar la voluntad y los sentimientos de la parte involucrada y su seductor.

Aunque este proceso es extenso y complejo, la satisfacción es inmensa al ver a las parejas recuperar su armonía y comenzar de nuevo tras el tratamiento. He tenido el privilegio de restaurar la alegría en una gran cantidad de relaciones amorosas, a pesar de la tenacidad de ciertos amarres o hechizos diseñados para perdurar años. Existen encantamientos para forzar el amor entre dos personas que, si bien parecen vivir en felicidad, terminan en aversión mutua una vez el efecto del hechizo se disipa. Por otro lado, hay encantamientos cuyo fin es la separación de la pareja, desatando una cadena de disputas y desacuerdos que progresivamente deterioran la relación hasta su colapso total. Curar estos hechizos es más sencillo cuando se invoca solo el nombre de la víctima; sin embargo, si se realizan mediante pociones o alimentos, su remedio es mucho más complejo, llegando a ser a veces imposible, ya que el daño se arraiga permanentemente en la víctima tanto física como espiritualmente. Recordemos siempre que hay individuos perturbados, cuyos corazones están colmados de rencor y hostilidad, dispuestos a perjudicar a otros para satisfacer su propio ego o sed de revancha. Que la divinidad tenga misericordia de ellos.

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